sábado, 12 de enero de 2013

La Carabina de Cervantes #00

Conocí a Torcuato como a la gran parte de personas que he conocido en la vida: por casualidad. Recuerdo que me encontraba en el Mercadona de mi pueblo comprando Lejía Conejo. Hacía cola para pagar y un hombre se me puso delante. Era alto, de hombros anchos y lucía un frondoso mostacho. Llevaba un sombrero de ala ancha, jubón, unos calzones y una amplia capa a sus espaldas. Le dije que se había colado, que yo estaba antes que él. Torcuato se me volvió y mirándome despectivamente como si fuera un gusano me dijo: "¿Quién osa mancillar mi nombre y reputación? Voto a brios que sua mercé no saldrá indemne de esta trifulca". Sin más, se quitó un guante, me cruzó la cara con él y me retó a un duelo de carabinas. 

Yo, que no había tocado arma en mi vida, le supliqué el perdón y que en el colegio solo me habían enseñado a sumar, leer y escribir, pero nunca a batirme en duelo. Tirose del bigote y mirándome de arriba a abajo me dijo: "Pagarás tu insolencia siendo mi narrador".

Y así, un humilde servidor, les presenta en exclusiva la que será llamada "La Carabina de Cervantes", que de aquí hasta el fin de la deuda, les acompañará todos los sábados para narrarles hermosos y apasionantes cuentos. Todos ellos introducidos por mi señor Torcuato Villalba, hombre del siglo XIX, con caracter del siglo XVII, pero residente en el siglo XXI.

 

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