Hombres muy lejanos, en el tiempo y en
el espacio inspiran proyectos. Maneras de concebir la vida, el
periodismo, la comunicación. Como estamos en plena presentación de
contenidos, debemos, a aquél que vaya a invertir su tiempo en
nosotros, explicarle porque Crossroads es el nombre fundacional de
este cruce de historias que seis adictos a la radio pretenden
enlazar.
Resulta que hace mucho tiempo nació un
genio. Un apátrida de talento de su tiempo. Un alquimista de la
guitarra y un furtivo de las reglas. Él nació en una de esas zonas
esplendorosas en las que la música te roza los cabellos con el mismo
tiento que una madre acuna a su hijo. El Delta del Mississippi, Robert Johnson.
Poco más que decir si esto fuera una descripción de un genio
maldito, de un maldito genio.
Todo genio y más de este calibre como
Johnson acarrea una leyenda negra que no le hace perder una pizca de
encanto, añadiéndole un toque de magnificencia propia de aquellos
que con su talento cambiaron el mundo. Esa leyenda habla de que
Johnson vendió su alma al diablo para que éste le surtiera de la
capacidad aún inexplicable de mover sus dedos de tal manera que
aquel que le oyera o le oiga ahora quedara paralizado tras una voz
que entona el canto de un artista mítico.
Nosotros no. No podemos hacer un trato
con el diablo porque en el mundo del periodismo el diablo ha tenido
demasiados tratos indecorosos y ahora está en pleno ERE, renovando
programas abominables y eliminando todo aquello que huela a
periodismo, a cultura, a arte. No somos unos preciosistas ni unos
artistas venidos a menos, somos fieles a nuestra intención de contar
lo que queremos pero con la honestidad que debemos.
Nuestro cruce de caminos recorre
restaurantes para no olvidar que la gastronomía es de ese tipo de
placeres que uno nunca puede olvidar. Pondremos todas nuestras
expectativas creativas en la voz de un hombre que nació para hacer y
contar historias. Recorremos los vericuetos de las tablas para darle
cabida al malquerido por muchos teatro y volveremos a poner el
micrófono allá donde las estrellas brillan en un escenario con su
público enloquecido pidiendo el sempiterno bis. Sacudiremos la actualidad con la ironía
y el reflejo de un pueblo desencantado y pondremos el foco de nuestro
interés mediático en aquellos que no dan buena imagen en otros
medios. Nosotros no somos como ellos. Nosotros somos ese cruce de
caminos que, lo tomes por donde lo tomes, te va a llevar al corazón
de la radio, al corazón de un nuevo concepto creativo que tiene como
soporte esta gran nube llamada Internet y como cómplices a ti, al
que has querido acompañarme en este vuelo de letras.
¡Bienvenidos a Crossroads Radio,
bienvenidos al cruce de caminos que Robert Johnson un día originó
con un eterno talento!