Este es un mensaje desde la carretera de Figueras. Nos hemos quedado sin gasolina y la "frago" que nos debería haber llevado a Roma se nos ha quedado parada en mitad del trayecto. Íbamos camino para ver la coronación pontificia del Papa Paco el primero de su nombre rey de los ándalos, los rhoynar y los primeros hombres, señor de los Siete Reinos y Protector del Reino, pero parece ser que la cosa no va a ser posible. Llevamos tres días esperando a que Torcuato vuelva con gasolina para poder seguir el viaje. Desde entonces no ha dado señales de vida. Nos ponemos en lo peor, pues conociendo a este hombre, es más que posible que esté encerrado ahora mismo en algún calabozo después de retar al gasolinero a un duelo y ensartarle el hígado con el florete. Después de todo, si le hubiéramos hecho caso y hubiéramos ido a Roma en un carro tirado por negros caballos, ahora no estaríamos en esta situación. Tampoco habríamos llegado a tiempo a la coronación, pero Torcuato aún andaría con nosotros.
Agradecer esta semana las colaboraciones de los pacientes en terapia metal Sergio Pascual, Lucía de Betanzos (el centro de todo el universo conocido) y de la loca Zu (cuyo psicólogo deber ir al psicólogo para sobrevivir a tanta tontería junta).
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